Más de 300 especialistas participaron en la última semana de abril en la IX edición de la Crisis Task Force 2017, un ejercicio único de entrenamiento para la asistencia y rescate de múltiples víctimas en una zona hostil, combate urbano y ataque terrorista, organizado por SAMU.
Crisis Task Force está ideado para reforzar la resistencia individual, la gestión de la incertidumbre, la tolerancia al cansancio, el estrés y la capacidad de absorber la desorganización medioambiental. Ha sido una prueba de resistencia y autocontrol en un escenario deliberadamente austero, complejo y agresivo, y los alumnos han aprendido a convivir y a trabajar con otras instituciones de respuesta a emergencias.
La actividad se desarrolló del 26 al 28 de abril. En la madrugada del 27 se realizó un simulacro ininterrumpido de 12 horas de duración, en el cual trabajaron de forma integrada profesionales sanitarios, fuerzas de seguridad y cuerpos de rescate. También se llevaron a cabo actividades de rescate en humo, con fuego, en áreas confinadas y rescate vertical, además de talleres de politraumatismo, de rescate con winche (cabrestante), de evacuación en espacio difíciles y de uso de drones en emergencia, entre otros.
En el simulacro, que comenzó el jueves a la una de la mañana y finalizó sobre las doce del mediodía, participaron 335 personas, de las cuales 198 eran alumnos de la Universidad de Sevilla, la Escuela Universitaria de Osuna y la Escuela de Emergencias SAMU, con sede en Gelves (Sevilla).
Intervinieron diferentes dispositivos de toda España, entre ellos la Agrupación de Sanidad 1 (Agrusan 1) del Ejército de Tierra, con base en Madrid, el Dispositivo de Cuidados Críticos y Urgencias (DCCU) de Sevilla, la Empresa de Servicios Especializado en Asistencia Sanitaria en Eventos de las Islas Baleares (TESMA), la empresa de ambulancias ASM (Asistencia Sanitaria Malagueña), Ambulancias Pajares, la estación de bomberos Ave Fénix, el servicio 112 Andalucía, la Unidad canina de rescate de Protección Civil Santiponce, Bomberos y la Policía Nacional.
La actividad se desarrolló en varios puntos del antiguo complejo hospitalario militar de San Pablo, en el Parque Alcosa, al noreste de Sevilla capital, en un espacio de 97 hectáreas. El circuito tenía tres puntos de impacto en diferentes zonas. “Sólo unas siete u ocho personas conocemos todo el desarrollo de la actividad. Los intervinientes no saben qué va a pasar, con el fin de recrear con la máxima verosimilitud un escenario de emergencias real”, explicaba Pablo Simón, instructor de SAMU, antes de iniciar el simulacro.
El primer punto de impacto simuló una explosión como consecuencia de una acción terrorista con 40 víctimas. Una segunda bomba estalló unas dos horas después en el mismo lugar cuando aún no habían rescatado a las primeras víctimas del primer punto de impacto, alcanzado un total de 56 víctimas, incluido personal de emergencias que pasó de ser rescatador a víctima. “Nosotros estamos acostumbrados a trabajar en zona segura. No estamos acostumbrados a ser nosotros las víctimas y a atender a nuestros propios compañeros”, subrayó Pablo Simón en el puesto de mando. Sobre las cinco de la mañana, el simulacro continuó con un tiroteo y el derrumbe de una estructura con 60 víctimas, algunas de ellas bajo los escombros. El tercer punto de impacto, ya por la mañana, fue un coche bomba con otras 60 víctimas más.
“Éste es uno de los ejercicios más completos que hay en España. La Crisis Task Force es una de las citas fijas en nuestro programa de adiestramiento anual”, comentó la teniente coronel Molina, de la Agrupación Sanitaria 1 del Ejército de Tierra, con base en Madrid. “Nuestro destacamento lleva viniendo desde los orígenes de esta actividad, hace casi 10 años. Es un programa que mantiene su espíritu año tras año pero ofrece cosas diferentes en cada edición”, afirmó la teniente coronel, encargada de coordinar el simulacro desde el puesto de mando.
Además de participar en el simulacro, la Agrupación Sanitaria 1 del Ejército de Tierra formó a los alumnos en el concepto de Tactical Combat Casualty Care (TCCC), que ha revolucionado a nivel internacional el manejo de heridos en combate y zonas hostiles en el entorno táctico prehospitalario. El TCCC advierte de que los cuidados específicos en los escenarios tácticos dependen de la situación táctica, de las lesiones que presente el herido, de los conocimientos y la destreza de la primera persona que intervenga y del equipo médico que cubra la zona.
Este curso anual está dirigido a médicos, enfermeros, técnicos de emergencias sanitarias, servicios de Emergencias, Fuerzas Armadas, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, bomberos y servicios de Protección Civil y otros profesionales del sector de Emergencias.