Escuela SAMU cuenta desde octubre con un nuevo director, Thomas Couyotopoulo (Lyon, Francia, 1980), hasta entonces subdirector del centro. Procede del mundo de la competición del automovilismo, pero en 2015 decidió dar un giro radical a su vida y sumergirse en el sector de las emergencias
—Enhorabuena por su nombramiento como nuevo director de Escuela SAMU. ¿Se esperaba este ascenso?
—Reconozco que me sorprendió. Juan González de Escalada, miembro de la familia fundadora de SAMU, ha sido director de Escuela SAMU desde 2012, cuando se decidió dar un gran salto de calidad al ofertar los ciclos de Formación Profesional y trasladar el proyecto a Gelves, dando lugar a lo que hoy es la Escuela. Me alegro mucho de que hayan confiado en mí para este puesto. Haré todo lo posible para que Escuela SAMU siga creciendo.
—¿Qué significa para usted ser director de Escuela SAMU?
—Para mí, ser director de Escuela SAMU es, sobre todo, asumir la responsabilidad de estar al frente de un centro formativo especial, diferente, donde se apuesta por la calidad de la enseñanza y con una metodología excepcional que permite formar a grandes profesionales. Es también asumir el peso y la responsabilidad de un legado de 40 años de una entidad, SAMU, que ha demostrado con creces sus valores y su buen hacer, y que ha formado a miles de profesionales del sector de las emergencias, teniendo como principal referencia a nuestro jefe, el doctor Carlos Álvarez Leiva.
—¿Cómo afronta esta nueva etapa?
—Con ilusión, energía y ganas, algo muy necesario, pues las semanas aquí son intensas y duras. Estamos trabajando en la implantación de nuevos ciclos de FP y, en los últimos meses, hemos estado inmersos en las obras de un nuevo edificio de aulas y en su equipamiento, proyecto en el cual me he volcado mucho. Por otro lado, me he fijado objetivos de innovación y sostenibilidad, y también tengo la responsabilidad de que la escuela sea viable a nivel económico y así poder seguir ofreciendo formación de calidad. El mercado es cada vez más competitivo en este sector y tenemos que elevar y mejorar nuestro nivel para poder seguir apostando por la calidad. Como ve, me enfrento a mi nuevo cargo con mucha carga de trabajo pero con ilusión.
—Su trayectoria en Escuela SAMU está siendo fulgurante. En septiembre de 2015 entró como alumno en Escuela SAMU y seis años después ya es director.
—Es cierto que entré en esta escuela como alumno, pero yo ya tenía una carrera profesional y una experiencia previa de 15 años en otro sector y en un puesto de dirección. Tenía mucha inquietud por formarme en la rama de las emergencias sanitarias. SAMU me ha aportado muchos conocimientos y experiencias tanto a nivel profesional como personal. Tras formarme, tuve la oportunidad de trabajar en SAMU en el traslado de pacientes críticos y en varios dispositivos sanitarios. Conozco la entidad desde abajo y creo que eso es muy importante a la hora de asumir un cargo de dirección y gestión.
—¿Qué recuerda de su etapa como alumno de Técnico en Emergencias Sanitarias?
—La experiencia como alumno fue muy positiva. Aún no había dejado mi profesión anterior, por lo que fui alternando mi trabajo como team manager en campeonatos de Fórmula 2 (F2) con las clases en Escuela SAMU. Fueron dos años muy intensos porque quería sacar un buen expediente y aprovechar al máximo el tiempo. En Escuela SAMU no solo se transmiten conocimientos, también valores y te ponen frente a situaciones muy cercanas a la realidad. Es un centro único. Aprendí muchísimo de profesores como Pablo Simón, Miguel Ruíz y todos los docentes de esta promoción que se volcaban para enseñarnos lo que habían aprendido en el máster.
—Llama la atención que el director de una escuela de emergencias como ésta sea un ingeniero del sector de la automoción y la competición deportiva.
—Creo que una persona no tiene por qué dedicarse toda su vida a una misma profesión. Puede hacerlo, pero no es una obligación. Creo que es muy enriquecedor tocar varios palos. Yo me dediqué muchos años a lo mismo de una forma muy intensa. Llegué a muy alto nivel y no me arrepiento de lo vivido pero no quería dedicarle toda mi vida a ese sector. Tenía unos retos muy exigentes, aunque no lo dejé por eso. Quería trabajar en un sector con valores más altruista, como es ayudar al prójimo, que en algo que se basa en dar vueltas a 300 kilómetros por hora en un circuito. Esto, a nivel tecnológico y deportivo, es muy interesante, pero no deja de ser un espectáculo y no salva vidas. Es un cambio que sorprende mucho a la gente, pero yo tengo claro de dónde vengo y por qué he hecho este cambio. No sé dónde estaré dentro de 15 años.
—¿Qué le empujó a dar este cambio de profesión?
—El sector de las emergencias siempre me había atraído. Había realizado varios cursos dentro de este ámbito, pero mi trabajo en la competición me tenía cautivo al 200% y no pude dar el salto antes. Pero en 2013 ocurrió algo que me hizo decidirme finalmente por dar el salto y apostar por el cambio: el fallecimiento de mi hermano pequeño en un accidente de tráfico. Aquello me hizo replantearme muchas cosas en mi vida y muchas prioridades. Fue el empujón que necesitaba para dejar un empleo que tenía garantizado y que estaba bien remunerado por algo nuevo para mí pero que esperaba que me fuera a aportar muchas cosas buenas.
—¿Cómo es su relación con el anterior director, Juan González de Escalada, ahora director del área de Emergencias de SAMU? ¿ Qué destacaría de él?
—Nuestra relación es buena, me llevo muy bien con él. Juan es una persona muy apreciada, querida y cercana. Es cierto que no somos iguales. Él tiene unas cualidades que yo no tengo, pero creo que nos complementamos muy bien. Yo ya vivo en mis propias carnes el papel de director. Sé que requiere un esfuerzo, tiempo, energía y voluntad, aunque desde fuera no lo parezca. Tenemos que estar para todos todo el tiempo. La escuela no funciona sólo de 8 a 3 de lunes a viernes. Juan lo sabía y lo asumía, y yo hago lo propio ahora. Seguimos en contacto y siempre buscamos un hueco para ponernos al día y apoyarnos.
—¿Qué planes, ideas y nuevos proyectos tiene en mente para la escuela?
—Tengo muchos, pero no quiero desvelarlos todos hasta que no sean una realidad. El objetivo principal es seguir mejorando la calidad de la formación que impartimos: cómo, con quién y para quién. También queremos ampliar el catálogo de titulaciones, algo que ya hemos empezado a hacer con el ciclo de FP de Grado Medio en Técnico en Emergencias y Protección Civil, que ya ha sido autorizado por la Junta de Andalucía, por fin. Además, estamos trabajando en la implantación de varias titulaciones de FP de grado superior de la rama sanitaria para el curso que viene; y hemos planteado otras titulaciones de posgrado diferentes a las tradicionales, como el máster en Emergencias Pediátricas. Por otro lado, estoy convencido de la importancia del uso de la simulación en la formación si está bien planteada. Lo usé y lo desarrollé en el mundo de la competición y lo estamos haciendo ahora en la escuela. Así, hemos implantado varios tipos de simuladores y tengo en mente otros proyectos de realidad virtual que quiero desarrollar con un colaborador externo y creo que puede ser una herramienta muy potente para la formación en la escuela. Pero cuando tengamos la herramienta en marcha, lo anunciaremos. La gente que nos conoce sabe que la escuela avanza y no para y se adapta a los retos que surgen. Intento siempre escuchar a mi equipo para adelantarnos a las necesidades y retos de nuestros profesionales y alumnos.
—¿Qué cree que puede aportar a Escuela SAMU como director?
—Creo que quizás el elemento que más me diferencia del resto de mis compañeros es mi trayectoria en competición. Allí aprendí que no importa lo bien que haga mi trabajo si el equipo con el que compito lo hace mejor que yo. La competitividad no es algo que se vea reflejado de forma directa en las emergencias sanitarias, pero creo que la exigencia de cuidar cada detalle, del trabajo en equipo y de la búsqueda de máxima eficiencia en todos los aspectos, por ejemplo, son aspectos importantes y positivos que se pueden extrapolar a otros ámbitos y, en este caso, a las emergencias y la formación. Escuela SAMU compite con otros centros educativos y formativos pero, sobre todo, el reto debe ser con uno mismo para conseguir ser un centro de referencia, por la calidad, ya que el enfoque de la Escuela SAMU nunca se ha centrado en la cantidad. No debemos conformarnos y dejarnos llevar por lo “fácil y cómodo”, sino esforzarnos para mantener e incluso mejorar lo que nos han enseñado.