Día de la Cabalgata de los Reyes Magos en Sevilla. El centro de la ciudad está repleto de gente. El cortejo arranca sin incidentes, con normalidad. Las diferentes carrozas van desfilando y los niños recogen del suelo los caramelos que desde las carrozas lanzan. De repente, se escucha el motor de un coche que va a gran velocidad por una de las calles paralelas por donde transcurre la cabalgata. Sin esperarlo, el vehículo se cuela en el recorrido oficial de la cabalgata y atropella a varias personas.
Un primer equipo de sanitarios (VIR) se traslada hasta el lugar del incidente, y tras ver que la zona es segura gracias al despliegue de la Policía, comienzan a solicitar más recursos sanitarios. Sin embargo, una vez que los diferentes equipos de emergencias se han aproximado hasta el lugar, las personas que han provocado el accidente, al ver que se acercan a su vehículo, salen del mismo y empiezan a disparar de manera indiscriminada. La Policía Nacional vuelve a actuar para intentar detenerlos, pero, en la huida, chocan contra un autobús en el que hay 12 pasajeros, además del conductor. Los terroristas al verse atrapados, comienzan a disparar de nuevo, provocando varias víctimas hasta que la Policía consigue neutralizarlos.
Esto no es el argumento de ninguna serie de ficción, ni un suceso real, afortunadamente. Es el escenario del gran simulacro integral que tuvo lugar el 22 de diciembre en Escuela SAMU, el primero de este curso escolar. En él participaron los alumnos de los diferentes másteres y ciclos de Formación Profesional de Escuela SAMU, además de un destacamento de la Policía Nacional; la Escuela de Maquillaje Mamen Peinado; alumnos de Enfermería de la Universidad de Sevilla, que hicieron de víctimas; y la asociación Asemerpas, especializada en el uso de drones en situaciones de emergencias.
El simulacro Cargaditos de Juguetes, tal como fue denominado, buscaba poner a prueba al alumnado de Escuela SAMU en un hipotético Incidente de Múltiples Víctimas (IMV), tomando como escenario la tradicional e icónica Cabalgata de Reyes; haciendo necesaria la cooperación y coordinación de todos los recursos, tanto materiales como humanos, para manejar la crítica situación de la mejor manera posible.
Según apuntan desde Escuela SAMU, con la realización del simulacro se buscaba desarrollar habilidades y destrezas en situaciones extremas. La gestión del estrés, la fortaleza mental, la seguridad y confianza en sí mismo y en el equipo son capacidades y aspectos que también se desarrollan y entrenan en estos eventos.
Por otro lado, la actuación puede ser un buen reflejo de la que podrían desempeñar los participantes en una situación real. No solo es útil para aprender y detectar puntos críticos en la coordinación y trabajo a realizar sobre el terreno, también para, individualmente, observar y valorar si realmente uno está preparado para afrontar este tipo de situaciones en la vida real, además de identificar los fallos que se deben corregir.
El ejercicio se desarrolló en diferentes zonas exteriores de la escuela, entre las que destacaron la entrada al centro, el parking de visitas, el parking de profesores, el autobús y toda la zona que rodea a las aulas. En estas zonas tuvieron lugar el atentado, la intervención policial y la intervención sanitaria, tanto en el área de rescate como en el triage y posterior traslado de víctimas.
Otras de las zonas utilizadas para este simulacro fueron el aula 4, convertida en Centro de Gestión de Recursos (CGR); el aula 5, donde se instaló el Centro de Mando Avanzado; y la clínica de simulación, que actuó como hospital. En este último punto, un grupo de alumnos del ciclo de TCAE (Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería), junto con algunos estudiantes del Máster de Enfermería en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria, atendían a las víctimas.
El simulacro no acabó con la neutralización por parte de la Policía de los terroristas tras chocar su vehículo con un autobús. Una de las personas implicadas logra escapar y, a lo largo de todo el ejercicio, continúa actuando y generando nuevas situaciones de crisis.
A este complejo escenario, en el que los alumnos debían poner en práctica todos sus conocimientos y hacer frente a situaciones de estrés máximo, se sumó otro elemento muy real: la lluvia. El mal tiempo no impidió que se celebrara el ejercicio programado, todo lo contrario. Los alumnos deben aprender también a hacer frente a situaciones de crisis y emergencias sea de día o de noche y ante cualquier inclemencia meteorológica, ya sean 40 grados a la sombra o una tormenta de nieve.
A pesar de la pandemia del coronavirus, la dirección de Escuela SAMU está realizando un esfuerzo titánico para ofrecerle a sus estudiantes la mejor formación en emergencias sanitarias y con la misma calidad de siempre. La crítica situación sanitaria que atraviesa el planeta por el Covid-19 hace que la labor formativa de SAMU sea ahora más necesaria que nunca.
“Ofrecemos la calidad de siempre. Nuestra formación no se ha visto resentida en ningún momento a causa de la crisis. Seguimos desarrollando simulacros y ejercicios de alta calidad con la misma periodicidad. Estamos convencidos de que ahora nuestra formación es más necesaria que nunca. Debemos preparar a nuestros alumnos lo mejor posible para actuar en situaciones extremas como la que estamos viviendo”, señalan desde el centro.
Escuela SAMU, desde sus orígenes, prepara a sus alumnos para la actuación en urgencias, emergencias y catástrofes de magnitud considerable. El simulacro es uno de los medios disponibles para entrenar y trabajar bajo presión en una situación compleja y que los profesionales puedan conocerse mejor, aprender cómo actuar con los demás equipos e instituciones, poner en práctica lo aprendido y analizar los errores.
Aprende haciéndolo es el lema que ha caracterizado a Escuela SAMU desde sus inicios a finales de los 80 y que sigue vigente hoy más que nunca a pesar de las limitaciones provocadas por la pandemia de coronavirus. Al igual que todo SAMU, Escuela SAMU quiere ser sinónimo de calidad, en este caso, aplicada a la formación de profesionales en activo y de futuros profesionales sanitarios y de las emergencias, siempre a través de la práctica y la experiencia como base formativa.