Cristian Estévez, profesor de Escuela SAMU: “En la Escuela hay simulacros que superan la realidad”

El enfermero Cristian Estévez (Los Palacios, 1997) se define como un entusiasta de las urgencias y las emergencias extrahospitalarias. Es instructor de Escuela SAMU desde 2020 y trabaja en las unidades de SAMU de traslado de pacientes críticos y en el servicio de Hematología del Hospital Virgen del Rocío, en Sevilla

—¿Siempre tuvo claro que quería ser enfermero?
—Cuando terminé mis estudios de Bachillerato no tenía muy claro qué hacer en el futuro pero decidí matricularme en la Facultad de Enfermería de Huelva. Ese nuevo camino que se abrió ante mí me enamoró sin darme cuenta, y cuando me percaté, ya era tarde y el gusanillo ya se había metido hasta lo más profundo de mí. Cuidar es un concepto que abarca todo un universo y está lleno de responsabilidad, asistencia, atención, observación, conservación, autonomía, independencia…

—¿Cuándo comenzó a trabajar como docente en Escuela SAMU?
—Antes de docente fui alumno. Durante el curso 2019-2020 cursé el Máster de Enfermería de Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria de SAMU y la Fundación CEU San Pablo. Antes de terminar mi formación, curso, por cierto, caótico debido al Covid-19, me ofrecieron sustituir como instructor de Escuela SAMU a un compañero que tuvo que marcharse. Sinceramente, para mí fue todo un reto y una gran satisfacción que aún sin terminar mi año ya me estuviesen ofreciendo esa oportunidad. El próximo curso, por tanto, será mi tercer año como profesor.

—¿Cómo fue su paso como alumno por Escuela SAMU?
—Como solemos decir, no soy solo antiguo alumno, soy ‘samuíta’. Cuando estudias en Escuela SAMU no sólo creces a nivel profesional, también a nivel personal. Aprendes que todo se hace con un objetivo y tiene un por qué. Lo que más me gustó de la formación que recibí fue la seguridad en mí mismo que iba ganando cada día gracias a todos los conocimientos, protocolos y prácticas que realizábamos. A veces, en las clases prácticas nos enfrentábamos a situaciones y escenarios más estresantes que en la vida real. Esto es esencial para aprender a controlar la ansiedad, los nervios o, incluso, el miedo que puedes llegar a sentir en alguna situación de emergencia. Es fundamental aprender a controlar la situación, que ésta no te supere. ¿Y esto cómo lo aprendíamos? Pues en las numerosas actividades, simulacros y acampadas que simulan situaciones y escenarios que sólo puedes encontrarte en Escuela SAMU o en catástrofes y situaciones de emergencias reales. Pero también, de esta etapa, me llevo grandes amigos y compañeros.

—Éste ha sido su segundo año como instructor. ¿Qué destacaría del curso que acaba de finalizar?
—Éste ha sido un año muy gratificante, ya que, al ser mi segundo año, me siento mucho más asentado dentro del equipo docente. Para que un grupo funcione tiene que tener grabado estas palabras: compromiso, humildad, trabajo en equipo y compañerismo. Cuando todo eso se mezcla, los objetivos y las metas llegan solas. Hay que trabajar en aquello que te gusta y que haga levantarte motivado día tras día para mejorar. Yo lo he logrado.

—¿Y de los alumnos que acaban de graduarse?
—De ellos destaco, sobre todo, sus ganas de aprender, su alegría, motivación y su trabajo en equipo.

—¿Recuerda de manera especial algún ejercicio o simulacro de este curso?
—Recuerdo que hubo un simulacro que, en principio, no presentaba una complejidad especial, era un simulacro más, pero por agentes externos, tuvimos limitaciones de recursos personales y materiales, además de un tiempo también limitado. Pero las ganas de hacerlo bien, el compromiso y confianza nos hizo trabajar de sol a sol sin ninguna queja, y a meternos en espacios peligrosos sin luz, demostrando una gran seguridad a la hora de trabajar con los compañeros. Fue uno de esos simulacros en los que se produce una gran conexión entre el instructor y los alumnos. Estos ven en tus ojos las ganas y la vocación que sientes por la profesión y por enseñar todo lo que sabes.

—¿En qué cursos imparte clases?
—Imparto clases en el ciclo de TCAE (Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería), donde doy Técnicas Básicas de Enfermería. Y en el ciclo de TES (Técnicos de Emergencias Sanitarias) imparto Dotación Sanitaria. En el Máster de Enfermería participo en algunos talleres, actividades y simulacros.

—¿Cómo son sus clases?
—Intento que mis clases sean dinámicas. No me gusta impartir las lecciones como clases magistrales donde una persona empieza a exponer todos los conocimientos, sino que intento lanzar preguntas al aire para estimular la curiosidad, encaminando y guiando las respuestas hasta los objetivos. Con respecto a las clases prácticas, traslado la realidad a los escenarios. Simulamos residencias de mayores, hospitales, clínicas, trabajamos dentro de las ambulancias… Todos los casos prácticos que pongo son reales para que el día de mañana, los alumnos estén los más preparados posibles. En estos simulacros y ejercicios, los alumnos también hacen de víctima para que puedan sentir empatía y sepan qué sensaciones y sentimientos se tiene con el comportamiento de los profesionales. Pero, como siempre digo a mis alumnos, esto es solo el principio. Nosotros les ofrecemos las herramientas necesarias para poder trabajar, pero queda mucho trabajo por hacer porque hay que seguir formándose. Tenemos la vida de las personas en nuestras manos, no podemos dejar de actualizarnos y formarnos.

—¿Qué es lo que hace diferente a Escuela SAMU respecto a otros centros que ofertan los mismos ciclos de FP o una formación similar?
—Una de las principales diferencias de nuestro centro es la utilización de una metodología multisensorial, introduciendo a los alumnos en escenarios recreados extraídos de la realidad, mediante actividades, clases prácticas y simulacros. No solo se trata de impartir las clases, estudiar y cumplir objetivo, sino que en nuestra escuela debemos aplicar todos nuestros sentidos. Nosotros no solo miramos al paciente, sino que intentamos ir más allá.

—¿Qué destacaría del Máster de Enfermería? ¿Por qué recomendaría hacerlo?
—Para mí, el Máster de Enfermería ha sido un cambio radical en mi pensamiento profesional. Te ofrece los cimientos para asentar todos los conocimientos con una base estructurada. Te ayuda a priorizar lo verdaderamente importante, dándote la seguridad para continuar en esta profesión tan bonita y necesaria.

—¿Qué espera para el próximo curso?
—Para el próximo año espero siempre mejorar, soy muy exigente conmigo mismo, y espero utilizar todo lo aprendido por parte de los alumnos. Cada año es un nuevo desafío lleno de nuevas metas y retos. ¡Tengo ganas de empezar!

—¿Cuáles son los retos de Escuela SAMU para el próximo curso?
—La Escuela ofrecerá el próximo curso un amplio abanico de posibilidades gracias a los nuevos ciclos de Formación Profesional de Documentación y Administración Sanitaria, Técnico en Emergencias y Protección Civil, Técnico en Dietética y Técnico en Integración Social. Supone un reto por el simple hecho de no haberlos impartido antes dentro del centro, pero con los recursos disponibles y el equipo directivo y docente de la Escuela, estoy seguro de que va a ser un año prometedor.

—Por último, ¿cómo lo hace para trabajar como instructor de Escuela SAMU, en las unidades de traslado de pacientes críticos de SAMU y, además, en el Hospital Virgen del Rocío?
—Me preguntan esto muchas veces y mi respuesta siempre es la misma: si uno quiere, se puede. Y, si haces lo que te gusta, no cuesta ningún trabajo.