El año 2021 ha sido muy especial en SAMU a pesar de la incertidumbre y las dificultades ocasionadas por la pandemia del Covid-19. Hace 40 años, el coronel médico Carlos Álvarez Leiva tuvo una visión de futuro que convirtió en un proyecto de vida: SAMU. Álvarez Leiva introdujo en España la primera UVI Móvil y, con ella, la medicina prehospitalaria y de emergencias, creando una escuela y una filosofía de trabajo que hoy pervive.
Al lo largo de estos 12 meses, se han ido celebrando pequeños actos conmemorativos, como la publicación de una revista especial de 84 páginas donde se realiza un repaso periodístico a los cuatro decenios de trabajo de SAMU, desde su fundación como empresa de emergencias sanitarias hasta su diversificación hacia los servicios de protección social y su expansión territorial, y la reciente lucha cara a cara contra el Covid-19 en España y más allá de nuestras fronteras.
Otra de las actuaciones llevadas a cabo en esta efeméride ha sido la restauración de la primera UVI-Móvil de marca Volkswagen que el doctor Álvarez Leiva adquirió en Alemania a principios de los 80. SAMU nació en esa ambulancia blanca con franjas naranjas y letras azules. Aquel vehículo aún se conserva y la organización ha querido restaurarlo y exhibirla con motivo de su 40 aniversario.
El 9 de diciembre, esa legendaria y mítica ambulancia volvió a circular. Lo hizo para participar en el homenaje que la familia Álvarez le dedicó al fundador de SAMU (cuyas imágenes acompañan a este reportaje). Hijos y nietos se reunieron primero en un almuerzo familiar y, posteriormente, en las instalaciones de Escuela SAMU, en Gelves (Sevilla), donde se exhibieron dos ambulancias, la primitiva y la actual. En este encuentro también estuvieron presentes dos de los antiguos conductores que estuvieron al volante de aquella primera UVI- Móvil, así como dos técnicos que trabajan actualmente en el servicio de críticos de SAMU.
Hoy, SAMU cuenta con una flota de 18 ambulancias distribuidas entre las bases de Sevilla (Isla de la Cartuja), Málaga, Huelva, Madrid y Tánger (Marruecos).
El progresivo y reciente aumento de los casos de Covid-19 y el alto riesgo a que se produzca una sexta ola a las puertas de la Navidad han obligado a cancelar el principal acto previsto para el 15 de diciembre con motivo del 40 aniversario: un almuerzo en el Hotel Ilunion Alcora, en San Juan de Aznalfarache, al que estaban invitados los primeros trabajadores de la entidad y todas aquellas personas que han hecho posible lo que hoy es SAMU.
El origen de SAMU
Cuando se le pregunta por el origen de SAMU, el doctor Álvarez Leiva recuerda que en 1981 muchas personas morían en accidentes de tráfico al no contar con una asistencia médica en carreteras. Otras morían en sus casas o de camino a los hospitales mientras les trasladaban en aquellos taxis o coches en los que el conductor sacaba un pañuelo blanco por la ventana para indicar a los demás conductores que tenía una emergencia. “Vi que en España no existían uvis móviles ni la medicina hospitalaria. Las ambulancias sólo transportaban al paciente hasta el hospital, no atendían a las víctimas in situ, como sí ocurría en otros países, como en Francia. Me pareció un proyecto interesante implantar ese tipo de medicina en mi país. Empeñé mi familia, mis ahorros y todo mi tiempo, y fui capaz de compaginar mi vida militar con este proyecto personal”, explicaba Álvarez Leiva en una entrevista publicada en Revista SAMU en diciembre de 2020.
A partir de esta fecha, la entidad fue la responsable de la cobertura sanitaria de grandes eventos como la Feria de Sevilla o el Rocío (Plan Romero), además de realizar en Sevilla traslados de pacientes críticos y atender los servicios de emergencias que ocurrían en la calle, trabajo que diez años después comenzó a desempeñar la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (EPES-061).
Uno de los primeros acontecimientos en los que estuvo presente una ambulancia de SAMU fue durante los preparativos y la celebración de la Exposición Universal de Sevilla 92. “Detrás de la primera grúa que entró en ese erial que era entonces la Isla de la Cartuja, que acogió la Expo’92, iba una ambulancia de SAMU. Fuimos los primeros en entrar, y aquí seguimos 40 años después”, recordaba Carlos Álvarez Leiva en otra entrevista con motivo del 25 aniversario de la Expo’92. “Los operarios trabajaban en tres turnos y tenía que haber un dispositivo sanitario siempre con ellos. Durante dos meses estuvimos durmiendo en la ambulancia, pasando muchísimo frío por las noches, porque ahí no había nada construido”.
SAMU fue el encargado también de desarrollar el Plan de Emergencia para la Expo’92. El 061 comenzaba a arrancar y SAMU ya contaba con 10 años de experiencia en el sector.
Antes de la Expo, en 1990, SAMU dio sus primeros pasos en el ámbito de la formación y ese año se impartió la primera edición del Máster de Emergencias Médicas junto con la Universidad de Sevilla, y en 1994, la primera edición del Máster de Enfermería en Atención Hospitalaria, Catástrofes y Acción Humanitaria.
Nueve años después, en 1999, SAMU comenzó a expandirse fuera de Sevilla con la creación del servicio de emergencias de Málaga.
Desde entonces, SAMU no ha hecho más que crecer dentro y fuera de España, especialmente en la última década. La organización cuenta hoy con una plantilla de casi 2.000 trabajadores y presencia en tres países (España, Marruecos y Estados Unidos). SAMU y Fundación SAMU tienen activos unos 80 recursos del ámbito de las emergencias, la salud mental, menores y familia, servicios educativos, discapacidad y logística. Además, SAMU ha participado en estos años en 12 misiones humanitarias, once de ellas internacionales, y en 2020 y 2021 ha estado en primera línea en la lucha contra el Covid-19.
“Tras cuatro décadas de andadura, nos hemos convertido en un grupo de amigos con una clara conciencia de servicio a los demás. Ésa es la causa que da sentido a nuestra actividad corporativa. Estamos aquí por los demás porque, como yo le digo a mis hijos: servir es lo más digno”, comentaba recientemente Carlos González de Escalada, director general de SAMU e hijo del fundador de la entidad. “Obsesión por la calidad, valentía, creatividad, austeridad, entereza, ausencia de burocracia, aportar soluciones, espíritu científico, quitar preocupaciones al cliente, cercanía, flexibilidad, respuesta rápida, gestión de la incertidumbre… son actitudes que yo he aprendido de mi padre y que lucen altas en el pabellón de SAMU. Todos las compartimos”.
“La década que empieza va a tener un color especial”, continuaba González de Escalada. “Vamos a apostar de manera muy decidida por dar un impulso internacional a las actividades de nuestra casa. También vamos a constituir un Instituto de Investigación Científica para devolver a la sociedad nuestro saber en un formato de la máxima excelencia. También queremos seguir acompañando a las administraciones que tengan necesidades críticas y, en general, a todos los clientes que saben que siempre estaremos a su lado”. Ahora, a por otros cuarenta años más.