Fundación SAMU participa junto a la Asociación Zaqueo en los talleres de Justicia Restaurativa del centro penitenciario Sevilla I

Fundación SAMU ha participado durante los seis primeros meses del año, junto a la Asociación para la Reinserción Social Zaqueo, en los talleres de Justicia Restaurativa que se imparten desde 2019 en el centro penitenciario Sevilla I. Esta colaboración ha sido posible gracias a un convenio que firmaron ambas entidades el 1 de diciembre de 2021 a través del cual las dos organizaciones se comprometían a trabajar de forma conjunta en el desarrollo de talleres de formación y actividades de reinserción sociolaboral. Estas actividades están encaminadas a la disminución de la posibilidad de reincidencia delictiva de los internos que se encuentran actualmente en prisión y libertad condicional.

Desde febrero, y durante seis meses, Concepción Lissen, por parte de Fundación SAMU, y cuatro voluntarios más de Zaqueo han trabajado con un grupo de unos 20 internos del Módulo de Respeto del centro penitenciario Sevilla I que acudían a los talleres de manera voluntaria. Juntos han tratado temas como los valores, el miedo, la superación de estereotipos, la pareja, el reto del reciclaje personal, el odio, la aceptación, el fracaso y la automotivación.

“Cuando llegas el primer día es inevitable pensar qué habrán hecho estas personas para estar allí. Personas como tú o como yo, que guardan su turno para hablar, se respetan entre ellas, son participativas, se expresan con cierta soltura… Tratas con ellos, pero no sabes por qué están en prisión o cuánto tiempo más tienen que estar en ese lugar. Gracias a los temas que abordamos en los talleres, algunos de ellos se abren, se sienten cómodos y te cuentan su historia o, simplemente, encuentran un espacio en el que desahogarse. Nuestra misión es hacerles ver que hay vida más allá de la prisión, que no están solos”, explica Concepción Lissen. “Estas personas se sienten tan solas en la prisión que cualquier proyecto o iniciativa resulta beneficioso para ellas, ya que se sienten apoyados. A veces, simplemente necesitan que les escuches”.

Lissen reconoce que ha aprendido mucho de este grupo de 20 internos. “Cuando pasas tiempo con ellos y les conoces, se rompen muchas barreras y perjuicios. Te das cuenta de que son personas como tú o como yo. Te hace pensar que cualquier persona puede en algún momento de su vida equivocarse. Nadie está libre”.

La voluntaria de SAMU explica cuál es la dinámica de los talleres: “Cuando llegamos, habilitamos la biblioteca con el apoyo de los internos y colocamos las sillas en círculo para poder vernos bien. Primero, durante cinco minutos, hacemos técnicas de relajación con música. Después, exponemos el tema que vamos a tratar ese día y se abre el debate. Si vemos que no fluye, hacemos preguntas sobre el tema. Al finalizar la sesión, se reparten unas cartas que invitan a la reflexión y que los internos pueden cumplimentar si lo desean con el objetivo de exponerlas en el próximo taller de forma colectiva o de manera individual”. Estos talleres se realizan dos veces al mes. Y todos los participantes son hombres de entre 30 y 50 años.

El programa Justicia Restaurativa, impulsado por el Gobierno central, surgió como complemento al sistema de Justicia ordinaria con la idea de ofrecer, tanto a víctimas como a victimarios, la posibilidad de dialogar sobre el delito y sus consecuencias, profundizar en la asunción de responsabilidad de quienes lo cometieron y acordar la reparación del daño causado de forma real o simbólica.

Según las experiencias realizadas en este ámbito, son “múltiples” los beneficios para las víctimas, como la posibilidad de explicar su vivencia del delito y sus consecuencias, facilitar la oportunidad de la petición de perdón, la reparación del daño o de cerrar el proceso interior. También supone un “importante avance” en el proceso de reinserción de los condenados, aunque la participación en el programa de Justicia Restaurativa no suponga, sin embargo, efectos sobre la pena impuesta ni beneficios penitenciarios, según aclaran desde el Gobierno.

Los talleres Diálogos Restaurativos comenzaron a impartirse en 2016, pero solo para aquellos penados a condenas alternativas a la prisión o los que se encontraban en la última fase de la ejecución de la condena privativa de libertad, es decir, en el tercer grado.

Según el Gobierno, en 2019 se produjo un “salto cualitativo” al introducir la mediación en el interior de las prisiones para delitos de carácter grave. Los talleres de Justicia Restaurativa comenzaron aquel año en los centros penitenciarios de Sevilla, Valladolid y Burgos. Y a finales de 2021, ya estaba presente en los centros de 14 comunidades autónomas, además de las prisiones de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.